Un hombre preparó su propia tragedia al sentarse frente a una cámara, rociarse gasolina de pies a cabeza y encenderse con un cerillo sin titubear. En segundos quedó envuelto en una enorme llamarada que convirtió el cuarto en un infierno naranja. Otro sujeto entró desesperado con una manta para apagarlo, golpeando una y otra vez entre gritos y humo. El video termina en el momento más angustiante, sin saber si logró sobrevivir. Un acto de autodestrucción brutal que deja al público sin aliento.